
09 Oct LA TRANQUILIDAD DE DAR A LUZ
LA IMPORTANCIA DE SENTIRSE SEGURA
En ocasiones, las mujeres embarazadas tienen pesadillas relacionadas con el parto, o bien les cuesta conciliar el sueño. Estos síntomas suelen estar relacionados con el miedo no reconocido al momento del parto.
Sentirse segura en el momento del parto es esencial para disfrutar de la experiencia. Trabajamos para que ustedes tengan la tranquilidad de dar a luz en el Hospital de Sagunto.
EL PROFESIONAL EN EL PARITORIO DEL HOSPITAL DE SAGUNTO
Los profesionales que atienden al embarazo y parto de las mujeres que vienen al Hospital de Sagunto, entendemos que la gestante no es una persona enferma. Comprendemos que tienen ilusiones y miedos enfrentados. Sabemos que la familia que les acompaña comparten los miedos y las inseguridades.
Los profesionales no solo están formados y preparados para atender un parto, sino que nos auditamos en la atención a la mujer. Día tras día, hay sesiones clínicas donde no solo se comentan los casos, sino la actitud de los profesionales y cómo mejorar en caso de que quede algún resquicio. Es por eso por lo que me permito transcribir esta carta de una parturienta al personal del paritorio.
En la redacción se ha evitado hacer referencia a nombres de las personas que actuaron. Pero no me cabe ninguna duda que cualquiera de los otros compañeros/as hubiera actuado de forma similar, con buen talante y profesionalidad.
CARTA DE AGRADECIMIENTO
“… los días pasaban y el invierno acechaba; pero Jon estaba calentito dentro de mi tripota, que parecía que fuese a explotar en cualquier momento.
Tras un largo proceso de reproducción asistida, con listas de espera interminables y una pandemia mundial que paralizó todos los tratamientos no esenciales, llegó el momento de tomar decisiones; así que nos pusimos a indagar todas las opciones a nuestro alcance. Tras varias semanas de búsqueda incansable llegamos a la conclusión de que todos los caminos nos llevaban al mismo lugar: nuestro hospital de Sagunto, donde siempre el trato fue excepcional. Nuestra Dra. Amor, como cariñosamente la llamamos, nos acompañó́ de principio a fin, y cuando me quedé embarazada y nos dijo que la FPP sería el 11 de diciembre, añadió -el 24 estaré de guardia- Pensamos que sería un bonito día, pero esperábamos que no pasase tanto tiempo, pero pasó. Así que el 24 de diciembre ingresamos por la mañana para la inducción, acompañados de nuestra doctora Amor y nuestras matronas R y T, dos amores más.
Las contracciones empezaron tras la administración de misofar, pero no era suficiente, así́ que al tiempo llegó la oxitocina intravenosa y la rotura de membranas para darle a nuestro pequeño el empujoncito que necesitaba para pasar al otro lado de la piel. La Dra. Amor nos visitaba con su atuendo navideño, porque ¡oye! ¡Era nochebuena! Comprobaba que la cosa fuese fluyendo y así́ era, aunque más lento de lo que esperábamos, pero ¿qué esperar de una situación nueva y tan emocionante como esta? Sinceramente, llegada a ese punto me dejé llevar por completo. Me dejé guiar por mi pareja y por todo el equipo que me acompañaba. Pedí́ la epidural y la anestesista, que era todo dulzura, me ayudó a aliviar las sacudidas que me hacían bailar sobre la pelota de pilates.
Y pasó. Pasó que mi perspectiva cambió, que mis deseos cambiaron y todo se dio la vuelta. Dejé de pensar en la estructura de mi Plan de parto y decidí́ que para fluir lo único que necesitaba era hacer consciente esa confianza ciega en el equipo que me estaba atendiendo, y así́ fue. Confié́ en todas ellos: mis compañeras, mi equipo, mi aquelarre. Todas estaban allí́, creando una red invisible de cuidados, dejándome hacer y permitiéndome sentir. Mi pareja estaba a mi lado, mi sherpa particular. Me aferré a sus palabras como si de un mantra se tratase: tú puedes bonita, lo estás haciendo muy bien. Y Jon llegó. R. y la Dra. Amor estaban ahí́ en primera línea de fuego y el equipo preparó todo lo necesario por si algo se complicaba, porque llegó un poco liado con su cordón y con la manita en la cara (gesto que a día de hoy conserva cuando duerme). Cuando salió́ por completo tardó un par de (infinitos) segundos en llorar y en ese momento me lo pusieron encima, piel con piel. No puedo describir todo lo que sentí́ en ese momento. La conexión con mi pareja fue brutal, y mi aquelarre desprendía tanta satisfacción que me remuevo cada vez que pienso en ellas.
No puedo estar más agradecida al regalo de Papá Noel de la navidad de 2021. Estuve rodeada de personas maravillosas que hicieron sencillo el momento más trascendental de mi vida. Llenaron la sala de cariño y juntas hicimos que mi hijo hiciese su aparición estelar al mundo físico. La noche más mágica para nosotros, sin duda.
GRACIAS, CHICOS/AS. SOIS PURA MAGIA
