Vómitos

Qué son

Los vómitos consisten en la expulsión, con fuerza, del contenido del estómago por la boca. La expulsión de alimento sin esfuerzo se llama regurgitación.
Es un síntoma frecuente que acompaña a muchas enfermedades. La mayoría de las veces está en relación con cuadros benignos (gastroenteritis, amigdalitis, catarros, otitis, etc). Sólo en algunos casos puede constituir la primera manifestación de un proceso más importante (alergias alimentarias, diabetes, enfermedades neurológicas, fármacos, tóxicos, etc).

Qué debemos hacer en casa

No ofrecer líquidos inmediatamente tras el vómito, según la edad, dejar un periodo de 30-60 minutos. Posteriormente ofrecer pequeñas cantidades (5-10 mL) de agua o alguna bebida azucarada (zumos, agua, leche), cada 5-10 minutos para evitar la deshidratación y cetosis. Si los líquidos son bien tolerados, se puede aumentar progresivamente la cantidad de líquidos. En caso de diarrea o vómitos persistentes es referible administrar soluciones de rehidratación oral (suero). Nunca se le debe forzar a comer. No se deben utilizar medicamentos para los vómitos si no lo ha indicado el pediatra.

Se deben valorar los posibles signos de deshidratación: boca y lengua secas, llanto sin lágrimas, piel seca o que cuando se pellizca no vuelve a su posición inicial, irritabilidad o decaimiento marcado, disminución de la cantidad de orina.

Cuándo acudir a un servicio de urgencias

• Vómitos persistentes.
• Afectación del estado general.
• Antecedente de traumatismo craneoencefálico o abdominal.
• Signos de deshidratación.
• Alteración neurológica (dolor de cabeza progresivo, rigidez de nuca, hemorragias cutáneas, alteración de la conciencia, movimientos anómalos, vómitos a chorro o en escopetazo).
• Vómitos con sangre (roja o en posos de café), bilis (color verdoso) o heces en el vómito.
• Deposiciones con sangre o negras.
• Dolor abdominal continuo y abdomen hinchado.
• Ingesta de algún toxico o medicamento en dosis mayores a las habituales.

Los vómitos de causa infecciosa se pueden contagiar a otras personas, de modo que el niño debería quedarse en casa y no ir a la guardería o al colegio hasta que lleve un mínimo de 24 horas sin vomitar.