Cuidados del periné tras el parto

Cuidados del periné tras el parto

CUIDADOS DEL PERINÉ TRAS EL PARTO

EL PERINÉ O MÁS CONOCIDO COMO SUELO PÉLVICO

El periné o ahora más conocido como suelo pélvico, es la zona o región anatómica que cierra el espacio conformado por la pelvis.

No hay que confundir pelvis con periné, pues la pelvis es el espacio delimitado por los huesos coxales, el sacro y el coxis. Es la zona inferior del tronco y donde se articulan las extremidades. El periné sería la zona más inferior y externa que cierra el espacio de la pelvis. En la mujer encontramos la vulva y los músculos que forman el suelo pélvico.

CAMBIOS DEL PERINÉ DURANTE EL PARTO

Como probablemente ya saben, el periné tiene una entrada al aparato genital femenino interno. Esa entrada se conoce como introito vaginal. Sorprendentemente la naturaleza a protegido a la entrada como si de una cueva mágica se tratará, poniendo vello, colgajos de piel que lo cubren (labios menores) y colgajos de mucosa (himen). Esta entrada en la mujer que nunca ha tenido relaciones ni ha parido tiene apenas unos centímetros y durante el parto se dilata hasta alcanzar el tamaño de la cabeza del feto (generalmente la cabeza del feto es la parte mayor del feto). Esa cabeza fetal suele medir unos 9-10 cm de tamaño, por lo que el introito debe alcanzar dicho tamaño, al igual que el canal de la vagina.

Pero no hay que asustarse, la vagina y el introito están rodeados por musculatura que va relajándose y cediendo al paso del feto, de tal manera que le permite pasar sin provocar lesiones en la mayoría de las mujeres.

En otras mujeres cuando la vagina o el introito se ve comprometido por el tamaño del feto, se puede realizar un pequeño corte en el introito de tal forma que se amplia la puerta de salida.

Tanto en un caso como en el otro la musculatura sufre una serie de cambios.

LA IMPORTANCIA DEL SUELO PÉLVICO TRAS EL PARTO

Con la salida del feto, el canal del parto, vagina y periné sufren una serie de cambios y la musculatura del suelo pélvico es sometida a fuertes tensiones que le dejarán con un tono disminuido durante un tiempo y más si ha habido que realizar una episiotomía.

Tras el parto si no se realizan ejercicios de recuperación del suelo pélvico, la abertura del introito y el canal vaginal nunca volverán a ser igual que antes del embarazo.

Aunque no se haya realizado episiotomía, el cuidado del periné es parte fundamental de la recuperación postparto.

CUIDADOS DEL PERINÉ

Todas las mujeres que han dado a luz deben realizar el cuidado del periné. Las razones de “no tengo tiempo”, “no puedo”, “no se”, “se me olvida” no son excusas para no realizar estos cuidados que mejorarán el estado del periné para prevenir problemas en un futuro.

Las mujeres a las que se les ha realizado una cesárea también deberían cuidar su periné.

CONSEJOS PARA EL CUIDADO DEL PERINÉ

  1. La mujer debe vigilar su periné como cualquier otra parte del cuerpo. La razón de su olvido es que está fuera del alcance de la vista. Pero para facilitar su vigilancia podemos usar un espejo. Con él podemos ver si hay zonas amoratadas, si la cicatrización de la episiotomía, en caso de que la haya, está en buen estado y si aparece alguna otra lesión que desconozca la mujer. Claro que la mayoría de la gente no es sanitario y por tanto no conoce las fases de la cicatrización, pero si podemos ver si se ha caído algun punto, si se ha abierto la episiotomía, si estando cerrada la episiotomía está se encuentra muy roja y es dolorosa o se encuentra amoratada y abomba, todos son signos de que algo no funciona bien y que debería hacernos consultar con nuestra matrona.
  2. Uso de las llamadas compresas tocológicas. Las compresas que la mujer utiliza a diario durante la menstruación suelen llevar una aislante plástico para prevenir que la sangre traspase y pueda manchar la ropa. Esto que viene bien para la menstruación, no es aconsejable durante el puerperio, ya que el aislante lo que hace es aumentar la temperatura corporal de la zona que cubre y por tanto aumenta el riesgo de que las bacterias puedan crecer más fácilmente. En cambio las compresas tocológicas están fabricadas solo con algodón, que permite transpirar y por tanto no solo no aumenta la temperatura local, sino que además permite que entre el aire y que ayude a cicatrizar y a evitar infecciones.
  3. Hay que cambiarse con frecuencia de compresas, ayudará a mantener la zona seca y acelerará la cicatrización. En las mujeres con cesárea también tienen pérdidas sanguíneas y por tanto mantener la zona seca nos evitará y aireada nos evitará la infección de las cicatrices del útero.
  4. No se deben usar tampones durante este periodo.
  5. Se debe usar ropa interior de algodón, evitando la ropa de licra, con encajes y por supuesto los tangas. Los primeros días cuando hay mayores pérdidas puede ser muy útil usar las braguitas desechables.
  6. No se recomienda baño, pero si ducha a diario. Hay que evitar en la medida de lo posible el lavado en exceso de la zona perineal. Es mejor cambiar con frecuencia de compresas que estar lavando continuamente la zona perineal. El lavado frecuente puede alterar la barrera natural que dispone la mujer, la microflora que protege frente a infecciones de otros microbios patógenos. El lavado debe realizarse con agua y jabón, no se requiere ninguna solución antiséptica, pero si separar bien los labios de la zona inguinal para que no queden restos entre los pliegues. Es importante el aclarado completo para que no queden restos de jabón que podrían irritar la piel. El secado debe realizarse cuidadosamente sobretodo en las mujeres que lleven puntos, ya sea por la episiotomía o bien porque hayan tenido algún desgarro. Este secado se puede realizar con una toalla limpia realizando toquecitos, sin arrastrar para evitar el arrastre de los puntos y la caída de estos antes de tiempo, o bien se puede realizar con secador. Si utiliza secador hay que usar el aire frio y el menor tiempo posible. Si se abusa del secador puede conseguir que los puntos queden tirantes y que le moleste.
  7. Antes de asearse debe lavarse bien las manos con agua y jabón.
  8. Tras la micción, el secado debe realizarse de delante hacia atrás para evitar que gérmenes presentes en la zona del ano puedan contaminar la zona vaginal.
  9. Tras la defecación hay que realizar un lavado de la zona anal con agua y jabón para asegurar la limpieza de la zona.
  10. Para aliviar la inflamación y las molestias del periné se puede utilizar hielo. Pero cuidado que el hielo cuando se expone más de lo necesario produce quemaduras. Siga correctamente estas instrucciones para evitarlas. El hielo debe colocarse en una bolsa de plástico y envolverse en un paño o toalla. Se aplicará sobre la zona inflamada no más de 10 minutos y no más de tres veces al día (una vez por la mañana, una vez por la tarde y una vez por la noche). El hielo es un potente antiinflamatorio, pero si se utiliza de forma incorrecta conseguimos el efecto contrario.
  11. Exposición de los genitales al aire. Siempre que pueda evite llevar compresas o braguitas, como por ejemplo cuando se está tumbada en la cama descansando. Procure poner una toalla debajo para no manchar las sabanas. La aireación de los genitales hace que se acelere la cicatrización.
  12. No utilice flotador para sentarse. El flotador, aunque parezca que disminuya las molestias al sentarse porque la cicatriz queda en el agujero, es contraproducente porque estira de las nalgas hacia fuera con lo que pone tirantes a los puntos de la episiotomía, favoreciendo su temprana caída y la abertura de la cicatriz. Aunque sea más molesto, lo mejor para la pronta recuperación es sentarse sobre una superficie dura.
  13. Por último, deberíamos hablar del cuidado de la musculatura que rodea el periné para que éste quede en un estado igual al previo al del embarazo. Estos cuidados reciben el nombre de masaje perineal y ejercicios de Kegel. La explicación de estos ejercicios supone un tema aparte que explicaremos en otro artículo de esta sección.
  14. Si los puntos no se caen en un tiempo razonable de 7-10 días, debe consultar con su matrona, pues es posible que necesite retirarlos para que no se incarceren dentro de la piel. No es habitual que los puntos no se caigan solos, pero en algunas mujeres puede ocurrir, sin que ello suponga ninguna patología.


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