
29 Ago LA MONITORIZACIÓN FETAL
INTRODUCCIÓN A LA MONITORIZACIÓN
El estudio del estado del feto dentro del útero de la madre es el principal objetivo de los monitores.
Monitor o monitorización es el nombre coloquial que la gente utiliza para referirse a los registros cardiotocográficos, también le llaman “las correas”.
Un registro cardiotocográfico recoge el latido cardiaco (“cardio”) y la presencia o ausencia de contracciones (“toco”).
La monitorización consiste en la recogida de los datos gráficos de las contracciones y la frecuencia cardíaca fetal en el mismo momento.
Correas o cintas de sujeción

UTILIDAD DE LA MONITORIZACIÓN FETAL
El feto cuando se encuentra en el interior de la madre respira a través de la placenta.
Sus pulmones están madurando, pero todavía no son capaces de hacer el intercambio de gases (oxígeno y dióxido de carbono). Hasta su nacimiento es la placenta la que realiza la función respiratoria. En ella se produce el intercambio de los gases de una forma tan perfecta que el feto no debe preocuparse.
La placenta se comporta como los pulmones del feto. Pero como todo órgano, el tiempo y el esfuerzo provoca un desgaste. Y algunos problemas que ocurren durante la gestación también puede acelerar ese desgaste.
La placenta por acción de determinados agentes puede comportarse de manera insuficiente. Puede que no le suministre el oxígeno adecuado al feto que se encuentra en el interior de la madre. Es comparable a un corredor que no puede más y sigue corriendo, al final le falta el aire.
La monitorización fetal nos sirve para detectar si el feto tiene buenas reservas frente a las contracciones de parto.
SIGNIFICADO DE LA MONITORIZACIÓN FETAL
La insuficiencia de la reserva respiratoria feto-placentaria sigue siendo hoy día la principal causa de muerte fetal e incluso es causa de problemas como la parálisis cerebral.
Esta insuficiencia puede aparecer de forma lenta o de forma aguda y rápida.
Cuando ocurre de forma lenta y prolongada se puede detectar por signos indirectos en la ecografía. Pero cuando es rápida y aguda se detecta con la monitorización fetal.
La ecografía ha ido desplazando a la monitorización en la detección de los casos de lenta aparición. Esto ha hecho que la monitorización se reserva para el momento del parto, para cuando aparecen contracciones o cuando se cumple la fecha de parto y la mujer no se ha puesto de parto.
En ocasiones, la monitorización es una prueba de apoyo a la ecografía cuando son embarazos de alto riesgo o embarazos con problemas surgidos durante el periodo de gestación.
Registro Cardiotocográfico

METODOLOGÍA
Generalmente en embarazos de bajo riesgo, la monitorización comienza en la semana 40, fecha probable de parto asignada desde el inicio del embarazo.
El motivo de elección de esta semana se debe a que los estudios publicados demuestran que la monitorización carece de valora antes de esa fecha en gestaciones de bajo riesgo. A partir de la semana 40 es cuando empieza a aumentar el riesgo de que la placenta no sea capaz de suministrarle todo el oxígeno que necesita. También a partir de esa fecha se espera que se inicien las contracciones en cualquier momento.
La mujer que acude a monitores se le invita a sentarse en un como sillón preparado para la ocasión o bien en una cama. Se le colocan los electrodos sobre el abdomen sujetos mediante unas cintas que coloquialmente les llaman las correas.
La función de estas cintas es sujetar a los electrodos y evitar que se desplacen.
Estos electrodos están conectados a un monitor que registra de forma gráfica e impresa la actividad del útero (presencia o ausencia de contracciones) y la actividad cardíaca en tiempo real.
Transductores

Monitor

INTERPRETACIÓN DE LA MONITORIZACIÓN FETAL
El registro del cardiotocograma nos mostrará la presencia o ausencia de contracciones y la frecuencia cardíaca fetal.
En un feto sano, la frecuencia cardíaca fetal mantiene un ritmo cardíaco de entre 120 y 160 pulsaciones por minuto, con variaciones, que hacen que la frecuencia no sea siempre la misma, sino que varía latido a latido. E incluso, el feto sano reacciona ante una contracción acelerando su frecuencia cardíaca, como lo haría un corredor frente a una cuesta. Pasada la contracción, el feto recupera el número de pulsaciones anteriores.
En los fetos con problemas placentarios, su frecuencia cardíaca estará fuera del rango de la normalidad, bien por debajo (bradicardia fetal) o bien por arriba (taquicardia fetal). Pero puede que sin contracciones el feto mantenga una frecuencia cardíaca normal. Cuando surgen las contracciones, al no disponer de reservas de oxígeno, la frecuencia cardíaca no se puede acelerar y hace todo lo contrario disminuye la frecuencia cardíaca, aparecen las llamadas deceleraciones. Estas deceleraciones nos están indicando que el feto dispone de reservas limitadas y tal vez no pueda hacer frente a un parto.
Si esto fuera tan simple como lo explicado anteriormente, no habría problemas durante el parto. En ocasiones podemos tener alteraciones de la frecuencia cardíaca fetal pasajeras que no vuelven a aparecer. En otras ocasiones es difícil interpretar que está registrando el monitor. Esta variabilidad se debe a que cada feto tiene una constitución diferente y no todos somos iguales.
