
29 Mar Alimentación de los niños para la salud
La relación entre el estilo de vida y la salud es indiscutible. El tabaquismo, consumo de alcohol, sedentarismo y la dieta inadecuada entre otros, son responsables de enfermedades como obesidad, hipertensión, enfermedad cardiovascular, diabetes e incluso ciertos tipos de cáncer. De hecho la obesidad y las enfermedades relacionadas son las principales causas de mortalidad tanto en países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo. En la actualidad el exceso de peso es responsable de aproximadamente 3,4 millones de muertes al año y supone el 3,8% de la carga mundial de enfermedad. Por otra parte existen numerosos estudios que demuestran el efecto beneficioso sobre la salud que la adopción de patrones dietéticos, caracterizados por el consumo elevado de alimentos con fibra y grasas poliinsaturadas y bajo en sal.
La nutrición y el crecimiento durante las etapas iniciales de la vida son determinantes de la salud. Existen una serie de pruebas que indican que el origen de la obesidad está en la vida intrauterina. La dieta materna, el estado nutricional durante la gestación y la exposición a diabetes entre otros, pueden alterar el metabolismo y crecimiento fetales de tal forma, que condicionarán no sólo el peso al nacer también el patrón de tejido graso, el crecimiento en los primeros años de vida y el desarrollo de obesidad y enfermedades cardiometabólicas en la edad adulta.
El aumento de peso excesivo durante el embarazo y/o la obesidad materna, son causa de problemas para la madre y el hijo, entre los que se encuentran hipertensión, diabetes gestacional, recién nacido grande para la edad gestacional y aumento de la incidencia de parto por cesárea. Además aumenta el riesgo de retención de exceso de peso tras el parto, lo que aumenta el riesgo de obesidad en la madre y la probabilidad de tener un segundo hijo con excesivo peso.
La situación inversa, es decir el aporte prenatal insuficiente de energía, proteínas y micronutrientes, particularmente si se asocia a un crecimiento postnatal rápido, también se ha asociado con el aumento de riesgo de obesidad y enfermedad cardiometabólica en la vida adulta. Existen estudios que han mostrado que el bajo peso al nacer se ha asociado con mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedad coronaria en la adulta, especialmente en sujetos que experimentan un crecimiento postnatal rápido en los primeros años de vida. Así pues tanto los niños de peso elevado al nacer como los nacidos con bajo peso, especialmente los que muestran un crecimiento postnatal acelerado, tienen un riesgo elevado de obesidad y enfermedades relacionadas en etapas posteriores de la vida.
Dadas las pruebas existentes sobre la asociación entre alimentación de los padres, curso de la gestación y riesgo de obesidad en los descendientes, es fundamental lograr un peso adecuado antes de y durante la gestación, para optimizar la salud y el bienestar de la mujer, el feto y el hijo.
Este texto es el inicio de una serie, a través de la cual, pretendemos ayudarles a lograr y mantener un estilo de vida saludable en el que el componente de la dieta, la alimentación, es clave. En estos textos emplearemos frecuentemente la expresión “alimentación adecuada” que no es más que aquella que proporciona de forma equilibrada todos las sustancias (nutrientes) que precisamos para mantener el estado de salud. Es importante recordar que alimentación y nutrición no son sinónimos. Alimentación es la acción de alimentarse e incluye la selección y procesamiento de los alimentos, que depende de factores económicos, sociales, culturales y tiene cualidades simbólicas y emotivas, que determinan nuestras elecciones alimentarias y por tanto influyen en nuestro estado nutricional.